Sueños Indigenistas

Amanece… y en el resguardo indígena ella duerme, aún conserva el recuerdo de lo sucedido el dia anterior, cuando acompañaba a su padre a pescar en el rio, ellos vinieron, ellos propusieron, ellos ordenaron, había que hacerlo… sabía que ya lo hacían, sabía que no era cambiar el cultivo, no iban a diversificar, no iban a arrancar para iniciar nuevos sembrados, era sembrar más, era mayor esfuerzo, ahora tendría que madrugar más para arañar la tierra, sembrar, cuidar, rocear y raspar, su abuelo ya no estaba en capacidad de ayudarles, solo eran ella y su padre, esa madre que se llevó la guerrilla nunca volvió, solo ella y él… qué había dicho el comandante?... qué decía?, por qué se asustó su padre?... el frio que la invadió la despertó, regresar a la realidad no la hizo feliz, ella la diosa, la que era inmensamente dichosa en su tribu, la que nunca fue más allá de los límites del terreno adjudicado para su vivienda, la que se sentía especial, única dentro de los solo 120 coreguajes, sintió que lo había perdido todo… no era el ejército el que tan solo dos dias atrás les había dicho que regresarían para fumigar las pocas matas que quedaban?, que… “esa es la mata que mata?”, si a ellos nunca los había matado… no importaba cuánto mambearan; y si… los muchachos, los guerreros se encontraban en el mismo sitio el mismo dia, con los soldados?, se repetiría la historia? los momentos ya vividos se revivirían?, no... esos ya habían pasado, entonces… por qué tanto miedo?.

Si acababa de cumplir 15 añitos… entonces por qué tanto dolor?, vistió su faldellin de fibras naturales, fue a la orilla del rio, qué paz, necesitaba pensar, recordar, sentir y ese era el sitio ideal, la luna… la inspiradora… la puso a recordar…